Llegué a la habitación por la noche con los efectos de la anestesia, con un dolor en la incisión y de espalda muy agudos. La medicación me ayudó a soportarlos.
La incisión fue cosida con puntos internos que se absorverán y otros externos que caerán por si solos.
Mi dolor de espalda era diferente al que había tenido, no lo identifiqué como los anteriores.
Fueron malas noches que deseaba que pasaran lo más rápido posible.
Al día siguiente de la operación, vino el fisioterapeuta para hacerme caminar y darme darme unos ejercios a realizar: hipopresivos de quádriceps y glúteos, movilizar tobillos, sentarme y acostarme. Eso me animó muchísimo. Al ponerme de pie me mareaba pero pronto se me pasó y fui haciendo paseos por los pasillos. Qué sensación tan extraña! Saber que tenia un disco que se estaba moviendo con mis movimientos y que ya estaba de pie, que todo había ido bien!!!!
Ilusionada y muy animada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario